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Tere Rocha

Bienvenidos

Ego, libertad y amor

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El verdadero opresor es el condicionamiento. Has sido condicionado para ser ignorante. Han resaltado el conocimiento vacío y te han deslumbrando con mercancía para manipular tu ego, para  hacerlo crecer. El ego es una ilusión. Es el estupor en la estupidez. Te condicionan prometiéndote afecto, respeto y dinero. Elementos que van dirigidos a engrandecer tu ego, te vuelves dependiente de ellos en vez de solo apreciarlos,  y mientras este se va volviendo más grande, tú te vas volviendo más pequeño, más tonto, y le vas perteneciendo más y más a los burócratas, a los políticos, a los que quieren robarte tu libertad.

Donde hay  ego no puede haber amor. Donde hay deseos de ser el superior, el más destacado, el más bello, no puede haber amor. El amor solo existe cuando hay libertad. Para la persona embobada con su ego el amor no significa nada. No se da cuenta, está ciega ante la realidad. Su ego le ha dado la ilusión de control sobre los demás, sobre la vida, y en realidad no es nada más que un perro persiguiendo su propia cola.

El ego te lleva a querer ir en contra de la naturaleza espontánea de las personas. Detesta todo aquello que es natural. La mujer con ego se hace cirugía plástica, vive esclava de llamar la atención, nada le parece suficientemente bueno. Esa mujer no es libre y está condenada a una vida de miseria, incluso entre riqueza económica. El hombre con ego busca autos, respeto, aplausos, que bajen su cabeza ante él. Él es menos libre aún, su nivel de estupidez llega a tal potencia que es capaz de destruir la tierra en que camina. La verdadera sabiduría va de la mano con lo natural. El ego va de la mano con las ilusiones, con el autoengaño, con la permamenente dependencia del pasado.

La persona sabia  busca conocimiento interior. Solo compite por ser mejor que sí mismo. El único respeto que realmente le interesa es a sí misma. Su aceptación a sí misma es tan grande que es humilde. Reconoce su propia limitación, sus miedos, incluso hasta su tendencia a la confusión. Estas son las virtudes que lo hacen peligroso para los burócratas, para los que quieren  el poder, porque no tienen con que seducirlo o asustarlo. El hombre libre solo desea regir sobre un solo hombre, él mismo. Está tan completo que es capaz de reírse de sí mismo, jamás del prójimo. No hace distinción de clase o de raza, porque no está interesado en esas categorías. La persona de ego escucha al espíritu del capricho y del poder. El hombre libre escucha solo una voz: al espíritu de la profundidad. Todo lo demás, es poesía barata.

FUENTE:  PSICOLOGÍA Y FILOSOFÍA (blog)

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